Aun pasados ya varios días, nadie ha olvidado la victoria española de la Eurocopa de Fútbol y menos con las todavía cientos de banderas que siguen adornando nuestros balcones.
No obstante, cansada mi madre de su revuelo al ventilar la casa, mi balcón ya no la luce y eso ha supuesto el enfado de mi padre que quería mantenerla para las Olimpiadas.
Aun así no todo el mundo estaba enterado. Hace un par de semanas, una mujer al coger el bus me preguntó sorprendida el por qué de esa repentina colocación masiva de banderas en todos los rincones.
Resulta paradójico, cuando hace apenas unos años, durante los cuales la selección no conseguía tantas victorias, llevar consigo la bandera española, (por mucho que se fuera español) no era del todo bien visto y en cambio todos vestíamos polos y camisetas con insignias inglesas, italianas, alemanas, americanas, … y de un sin fin de nacionalidades que excluían a la nuestra por una única razón: CONFUSIÓN DE TÉRMINOS.
A día de hoy sigue quedando gente que asocia los colores rojo, amarillo, rojo, a una etapa de nuestra historia, difícil de contar, donde se vivía bajo una dictadura que hundió derechos y vidas y esto, nadie lo puede negar. Sin embargo, estoy convencida del progreso y la evolución de una sociedad que ha aprendido de sus errores y que simplemente pretende enorgullecerse de su lugar de origen.
Esto es lo que ha conseguido el fútbol, la unión no solo de una afición si no de un país.
No obstante hay varias cuestiones a tener en cuenta y que me parecen realmente injustas en el fútbol. Una fundamental en este momento, aunque no quisiera tocar el concepto de crisis de nuevo. Y es que, si todos los clubs de fútbol pusieran sus cuentas al día… que distinto sería todo… ¿Sería el fin del deporte estrella en nuestro país?
marcapersonalmyanezbrizuela 